Me cago en el realismo literario 4: Él le dijo que tenía un ataque de ansiedad; entonces ella le hizo una raya de coca en la mesa, le ajustó un billete de 20, esperó a que se la metiera, y cuando el tipo estaba levantando la cabeza para que le entrara toda la merca, ella le cruzo la cara con su bolso de Dior. Mientras él sangraba e intentaba protegerse, ella le dio otro golpe, esta vez en la oreja, lo tumbo boca abajo en el sofá, le bajó los pantalones y le metió su tacón de aguja de Manolo Blahnik por el ano.
Una pena, el sofá y los zapatos ya nunca recuperarían ese blanco francés tan chic.
(Sexo en Nueva York+Alteraciones líricas)

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