Soy Nadie; Soy ningún lugar
Nadie se ha proclamado dueño de las aves yermas que yacen en esas tierras muertas y mal sembradas de limitación y destierro.
Nadie ha vuelto a advertirme el por qué de este secreto que vela por la breve desaparición de tu sombra en mis sueños.
Nadie ha quebrado las reglas en este ruido blanco, y sin embargo, todo huele a traición, y ropa vieja que habita cajones que no se volverán a abrir.
Nadie viene a por mí,
ya no más,
en estas noches
que no te sueño,
pero que te olvido
un poco más...
Cierro los ojos y, apenas con mi respiración como testigo de vida, intento evocar ese sonido que salía de tu garganta, que nombraba mi nombre, que certificaba mi existencia al ser fiel carne que se rechazaba en abrazos mal dados.
Despierto entre temblores y ruidos,
acobardado por la última presión
de tu voz en un teléfono,
llena de viento tu voz,
lleno de viento y cenizas
todo vos..
Alzo las manos bajo un gran árbol centenario,
y pido a los recuerdos que me llegan
que no me dejen ser cruel como quiero
y que no me permitan olvidarte
tal y como lo hago hoy...
Y Nadie más ya
responde...
Porque soy Nadie.
Soy Ningún Lugar...
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