Cobarde



está la carta ahí, sin abrir... ya lleva unos 5 días. No la abro no por temor a lo que diga, va a decir lo mismo de siempre, si no por miedo a los temblores que vendrán después de leerla.
están las voces, todavía, agazapadas en mi mente, se retuercen de placer y gimen... no puedo atarlas, no puedo doblegarlas: debería hablar y decir de frente lo que ahora me destroza la garganta.
ni siquiera escribo, ¿sabés?, porque termina todo en lo mismo... Las esquelas de lo que me da miedo... Y ahora, encima, cuando sé que voy a perder, sigo jugando con fichas de juguete, y tengo miedo.
Las imágenes del suicidio cansan, los temblores matutinos al no recordar tu perfume duelen... y yo con miedo de encontrarme de nuevo esa cara de tristeza y decepción al lavarme la cara.
Todo se cubre de miedo, pánico y una tristeza que no se despega del pecho. Debería seguir pensando en jugar la ficha del final, clavar las agujas de voodoo en mis ojos cada vez que quieran leer la carta sin abrir de mis padres, o quitarme los tatuajes a base de la culpa que tengo por haberte herido tan hondo y tan profundo.
La culpa mata, no el abandono... El miedo es un reflejo humano, tan humano como puedo ser, pero tan aséptico y vulgar...
Voy a dar un paso al final... aunque el final no es hacia adelante, si no mirando atrás y reírme de las voces que me gritan...


Sí, lo sé... es un acto de cobardía...
muy propio de mí.

Comentarios

WILHEMINA QUEEN ha dicho que…
ayssssssss
¡te extrañaba!

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