Notas de Arsenio II


"dios ya ni me mira
y al fin dice:
-ocurren milagros todo el tiempo
a cada segundo, en todos lados,
y para poder verlos
no hay que ser ni puro, ni santo,
solo hay que desear
-¡yo deseo tanto!- digo
ansiosa de ver algo…
hace tiempo que dios me deja de lado;
y ya ni intenta salvarme…"
Poesía Nº12 (40) - Andrea Mineko


No tengo hogar donde no hay truenos, y no sé dónde iré cuando los ríos de mi pequeña muerte se sequen...
Tal vez donde los ruidos que veo.


O tal vez vaya a ese inframundo de pesadillas que me sobrevive, donde soy el mismo ciego que no sabe no ver; ese que ha sido abandonado al nacer, quedando atado a un árbol que llora de noche, con un cuenco de sangre negra para beber y un corazón roto para comer. Y en este lugar es tan real ver a los muertos abrir los ojos, rozar con la piel despedazada mis mejillas. Delinear mis tatuajes, contarme al oído que alguien más se ha dejado morir.


Pero nadie tiene voluntad de acompañarme en esta sitio, de hacer arder a los elegidos, ni de enriquecerse con la saliva derramada de los muertos y aprender a ver en ella los silencios que traen muerte.


Y Dios no me suelta de la mano, ni deja que me oculte de sus insultos, ni de sus ejemplos de amor y pedidos de ayuda. Pero me deja gritar.Y grito.


Nadie busca lo denso de estar vivo contra voluntad, ni espía en mis detalles de hombre considerado que, detrás de todo eso, hay una muerte que no se ha confesado todavía. He apuñalado por la espalda a los ángeles favoritos del Cielo, me he puesto cadenas a Dios; para dejarlo que viva a mi lado y se amedrente de esta carne fría que cada mañana me aguarda al despertar.




Y entonces lo oigo gritar a Él... por haberme dejado existir.

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