Cementerios...

Mientras menos me embriago, más sueño, y más se hace tangible todo lo que no existe y se abre paso desde mi carne... Y encuentro ocultos en todos lados, los cuerpos muertos que nacieron de las decepciones de no verme convertido en hombre...

Sigo siendo el sueño de un hombre que no duerme, sigo bebiendo las copas solo, en una silla, en un cuarto oscuro... Pero no temo de mi pasado, aunque muchos, desde el pasado, me temen.

Y no soy especial, ni soy agradable... La inteligencia es relativa a mi interlocutor, y mi piel sólo recuerda que jamás ha nombrado nada que no sea carne de mi carne... Ni sangre de mi sangre...

He destruído los mejores anhelos de un futuro que no quise... Los he convertido en algo oculto detrás de nombres previsibles y erróneos... Y los que cenaron en mi cementerio sin cadáveres, aprendieron a no nombrarme más... Y a hacerme jugar al detective con pistas que sé conducen a la misma fuente ya sin agua... ya sin fantasmas, ni cuerpos de aves muertas... Ni fetos muertos a la luz de la luna, ni lagos ocultos detrás de cordilleras...

Mientras menos bebo, más sueños tengo, más sudores pierdo en la madrugada... Y más rápido decido las agujas que van a dibujar las nuevas puertas de mi viejo y ya cerrado cementerio...